23/12/2023
Cine de terror
Mientras que las comedias intentan conseguir la risa del espectador, el cine de terror pretende provocar un notorio acojonamiento a su audiencia. En ocasiones y dependiendo de la persona, ese tremendo espanto continúa varios días después del visionado del filme.
No es raro ver en este tipo de creaciones cinematográficas cómo un grupo de amigos queda atrapado en alguna enorme casa perdida en el bosque y que, sabiendo que es mucho más seguro permanecer agrupados, los mendas prefieren separarse y, por si esto fuera poco, acostumbran a tener una clara tendencia a ir hacia donde todo el mundo intuye que está el monstruo. En las cintas antiguas de vampiros era habitual acudir al castillo de Drácula al atardecer, a pesar de haber tenido todo el día libre.
También son frecuentes las historias sobre algún espíritu conflictivo que, pudiendo comunicar lo que quiere desde el principio, se pasa toda la película moviendo objetos y austando, por separado, a determinados miembros de una familia acomodada, la cual suele tener algún hijo con asma, para que finalmente los protagonistas descubran que lo que quiere el fantasma es que alguien avise a la policía con el fin de detener al alcalde del pueblo, dado que es un grandísimo psicópata. Suele pasar que es la madre la que se percata desde el principio de que la vivienda está encantada, sin embargo se encuentra con que el estirado de su marido considera que el problema solo existe en la mal amueblada cabeza de su esposa y que, por tanto, no queda más remedio que encerrarla en un psiquiátrico.
Aunque es más propio de las obras de ciencia ficción, las plagas de seres aberrantes que pretenden acabar con la humanidad o que se alimentan de personas tienen mucho éxito entre el público. Me gustan las tramas basadas en el azote que provocan los zombis, pero no me acabo de creer que unos seres tan lentos puedan dominar el mundo sin que los muchos y poderosos ejércitos que hay en él sean capaces de eliminarlos.
Al margen de todas estas observaciones, hay muchas películas de miedo que son muy buenas y conviene tener en cuenta que cuantas más se hagan, más difícil es dar con ideas originales que puedan sorprender a los que se sientan en una butaca para divertise a base de continuos sobresaltos.
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